Hace un siglo, el diseñador Pierre Poiret unió dos pañuelos mediante una cinta y un cordel. Daba así carpetazo a siglos de opresión lencera, creando la prenda clave del vestuario femenino (de puertas para dentro): el sujetador. Aunque no fue él, sino Mary Phelps, la avispada que patentó el ingenio en 1914.
Ajeno al paso del tiempo, el sujetador sigue siendo una prenda clave para la mujer, por mucho que las feministas más recalcitrantes se empeñasen en quemarlo durante el verano del amor. Actualmente, el sostén no ha perdido un ápice de su utilidad y ha evolucionado hasta convertirse, incluso, en una prenda de moda en la que se plasman las tendencias de cada temporada. No hace mucho, la estética lencera acuciaba incluso, a llevarlo por encima de la ropa, bien visible.
De todos los colores y materiales imaginables, y adaptable a todo tipo de mujer, el sujetador, además de hacer honor a su nombre, puede disimular... o resaltar. Esta última misión la viene ejecutando eficazmente desde los 90 el sujetador 'push up', que todos conocemos por su marca: el Wondrebra.
La marca de corsetería que revolucionó el mundo de la imagen fichando a bellezas esculturales como Eva Herzigova o Adriana Skleranikova, no podía dejar pasar la efemérides así como así. Wonderbra ha sacado a la madrileña plaza de Colón a 100 modelos, que han posado con el último modelo de la casa, Multiposición, que se anuncia como el "optimizador del escote femenino" gracias a sus 100 maneras de combinarlo. ¿Qué mejor manera de celebrar el centenario del sujetador que luciendo un escote despampanante?
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