había una vez un test...

vía creativlog


MARCELO VERGARA

24 de mayo.- Cada vez que presentamos una campaña en Renault y nos la aprueban con elogios y felicitaciones, escucho la frase mágica: "preparemos los materiales para el test".

El famoso test es ese estudio que se hace de las ideas para saber si le gustan al futuro consumidor de un producto o servicio y grita a viva voz "quiero salir corriendo a comprarlo".

La cosa funciona así: se busca a un grupo de gente afín a nuestro producto en edad, sexo y otras yerbas; se les cuenta la idea y ellos empiezan a opinar libremente. En ese momento, nosotros empezamos a rezar para que la mayoría se haya levantado de buen humor, que no haya perdido el metro, que nadie les haya tirado el café en el trabajo, que sus parejas no les hayan abandonado una hora antes etc, etc, etc.

Y es que muchas veces esa idea que nos llevó mucho tiempo encontrar se la puede cargar un grupo de personas de mal humor. En 19,6 minutos.

Tengo un amigo que tiene un amigo (¿parece un trabalenguas, no?) que vivió durante dos años de asistir a este tipo de tests. Se dio cuenta de que si decía que tenía hijos, lo llamaban para los tests de productos del hogar, coches familiares o seguros de retiro; si decía que tenía ocho años menos de los que en realidad tenía, lo llamaban para los tests de ropa para jóvenes o coches coupé y así se las ingeniaba para tener por lo menos dos tests a los que ir por semana.

A los seis meses de hacer esto conoció a otros que también lo hacían. Se encontraban en el bar de la esquina antes de ir al test y, bromeando, decidían si hoy tocaba aprobar o desaprobar la campaña que les iban a enseñar.

Estoy escribiendo esto y se me están empezando a caer los cuatro pelos que me quedan, porque me recuerda que, muchas veces, trabajos que nos llevan meses se pueden caer por gente como ésta, que dice frases terribles que quedan grabadas (en el lenguaje publicitario se llaman 'verbatims') y pueden destrozarlo todo:

"Me angustia ver un árbol en una esquina"; "Que el niño se manche mientras come yogur me da la sensación de que el producto es de mala calidad", "Esta publicidad de ferreterías no me pone la carne de gallina". ¿Saben la cantidad de frases mucho más absurdas que éstas dice la gente?

Por eso, hablando con mi amigo Esteban de este tema, descubrimos algo que me parece tan genial como barato para nuestros queridos clientes: propongo usar Youtube como test real de una campaña.

La gente lo ve porque le interesa y si le interesa es porque ese producto es para ellos. En ese momento sólo está concentrado en ver eso, igual que en los tests, y puede opinar y queda por escrito como documento válido para un cliente.

Los felices creadores de Youtube además de inventar algo que les dio 1.600 millones de dólares, no se dieron cuenta de que habían inventado una empresa de test on line para la publicidad, que tal vez les hubiera dado otros 1.600 millones de dolares más... aunque creo que con los primeros 1600 ya deben estar bastante contentos.

Acá les pongo el link de una campaña que sobrevivió a un test, es nuestra y espero que les guste. Si alguno de ustedes participó en un test, puede contar aquí la experiencia y la compartimos entre todos. Gracias.



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