300...

vayamos por partes... complicado por el subidón de adrenalina...

hemos de reconocer que dejando de lado pollas mentales a lo lynch, tramas pseudofreaks a lo kevin smith o cine más "cinametográficamente" intelectual, de pronto apetece alguna cosa épica, un cantar de gesta audiovisual... quizás más entre los tios, nos puede las testosterona.. braveheart, cualquiera de las 3 del señor de los anillos, gladiator,... batalla, honor, gloria y sangre... aunque realmente seamos pacifistas... a veces creo que se despierta un instinto básico animal...

eso me ha pasado con 300... he salido del cine con dos amigos que estabamos para saltar... y ya no solo por una epopeya heroica y digna de versos griegos, si no por una lluvia de sangre de patria, orgullo y valentía...

la película realmente se espléndida, tanto que se me ha quedado corta (efecto opuesto a la brevedad de hannibal)... se me ha quedado corta porque quería ver más, leer más, conocer más el mito... ver más planos como los de esa peli. Quien la vea se quedará atónito con el trazo de la sangre, la cámaras lentas en batalla, las amputaciones con menos frames por segundo de lo normal, los filtros sepias, los planos viñeta...

le pongo muy buena nota y la recomiendo como película para ver en el cine...

sólo me jode ver algunos guiños a otras películas epicas (sin spoilers): el deforme a lo gollum; el campo de trigo con mujer y niño a lo gladiator, la empalación hasta el fondo a lo señor de los anillos, el giro brusco antes de la batalla a lo robert bruce ante los ingleses o aragorn ante las puertas de moria,...

pero bueno... salvo etcéteras freaks, gran peli...
quedaos con la pinta y voz de travestido que tiene jerjes...

ficha técnica (filmaffinity)...

ITULO ORIGINAL 300 (Three Hundred)
AÑO
2007 Ver trailer externo
DURACIÓN
117 min.
PAÍS Estados Unidos
DIRECTOR Zack Snyder
GUIÓN Zack Snyder, Kurt Johnstad (Cómic: Frank Miller, Lynn Varley)
MÚSICA Tyler Bates
FOTOGRAFÍA Larry Fong
REPARTO Gerard Butler, Lena Headey, David Wenham, Dominic West, Vincent Regan, Rodrigo Santoro, Michael Fassbender, Andrew Tieman, Andrew Pleavin, Tom Wisdom, Tim Conolly, Tyler Max Neitzel, Mercedes Leggett
PRODUCTORA Warner Bros. Pictures / Legendary Pictures / Virtual Studio
WEB OFICIAL http://300themovie.com
GÉNERO Y CRÍTICA



Aventuras. Acción. Bélico. Cómic / SINOPSIS: Adaptación del cómic de Frank Miller (autor del cómic de "Sin City") sobre la famosa batalla de las Termópilas, ocurrida en el año 480 A.C. durante las Guerras Médicas, en las que Jerjes, emperador de Persia, trataba de conquistar Grecia. Atenas consiguió convencer a Leónidas I, rey de Esparta, para que participase en la guerra contra los persas. Así, el rey Leonidas (Gerard Butler) y 300 espartanos se enfrentaron a un inmensamente superior ejército persa... (FILMAFFINITY)
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"300 es una sangrienta película que se sumerge en sus propios excesos artísticos. No todas las personas, según edades y sexos, serán capaces de resistirla. (...) Puntuación: *** (sobre 4)." (Peter Travers: Rolling Stone)
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"Tempestuosa, ampulosa y visualmente arrebatadora" (Todd McCarthy: Variety)
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"Tan sangrienta como 'Apocalypto' y el doble de estúpida. (...) Su exhibición de músculos y su gruñido de auto-seriedad es más pesado que entretenido." (A. O. Scott: The New York Times)
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"Visualmente deslumbrante, en todo momento beligerante y vacía (...) es un nuevo estilo matizado con una pizca de sustancia. (...) Puntuación: *** (sobre 5)." (Will Lawrence: Empire)
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"Un espectáculo tan sorprendente como lo fue 'Matrix' en su momento. (...) el esquematismo del cómic, la estilizada violencia de Kurosawa y la épica gestual de la ópera conviven en esta descarga eléctrica. (...) Puntuación: **** (sobre 5)." (Luis Martínez: Cinemanía)
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"Entretenida y estética adaptación del cómic" (Carlos Boyero: Diario El Mundo)
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"Snyder ha sido fiel al fondo de 300, pero ha inyectado tantos anabolizantes en la forma que ha condenado el conjunto a la parálisis de una hiperrealista (y algo ridícula) figura de cera." (Jordi Costa: Diario El País)
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"La madre de todas las épicas. Una bella salvajada (...) Una reverencia a la épica y una patada a la historia, pero esto es el cine (...) Puntuación: *** (sobre 5)." (José Manuel Cuéllar: Diario ABC)
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En Estados Unidos ha obtenido un enorme éxito de taquilla, consiguiendo 71 millones de dólares en su primer fin de semana (el mejor resultado jamás conseguido nunca por una película en el mes de marzo). Con más de 160 millones de dólares recaudados, es hasta la fecha (finales de marzo 2007) la película más taquillera del año en USA. (FILMAFFINITY)

y la batalla histórica made in wiki

La Batalla de las Termópilas (Compuertas Termales por los manantiales calientes que existían allí) fue un importante escenario del conflicto entre las polis griegas, con Esparta y Atenas a la cabeza, contra el Imperio Persa en el 480 adC.


Preliminares

Jerjes I, emperador persa, se propuso conquistar Grecia y comenzó con muy buen pie. Atenas quería detener la invasión como fuese y consiguió convencer a Leónidas I, rey de Esparta, para que participase.

La batalla más importante se celebró en un lugar llamado valle de las Termópilas. Allí esperó a los persas un ejército compuesto por 300 hoplitas espartanos (a los que hay que sumar otros 600 ilotas, pues cada espartano llevaba dos siervos a su servicio), 500 de Tegea, otros 500 de Mantinea, 120 de Orcómeno y 1.000 hoplitas del resto de Arcadia: 400 de Corinto, 200 de Fliunte, 80 de Micenas, 700 tespios y 400 tebanos, además de 1.000 focenses y todos los locros.

Según las fuentes clásicas griegas, los soldados persas conformaban un ejército que oscilaba entre los 250.000 y el millón de efectivos. Sin embargo, la formación compacta e impenetrable de la falange griega era óptima para retener a la horda persa en un paso tan estrecho y en apariencia infranqueable.

Leónidas fue advertido sobre el gran número de arqueros que poseía Jerjes. Heródoto de Halicarnaso indica que se le dijo a Leónidas que «sus flechas cubrían el sol» y «volvían noche el día»[2]. Dienekes, soldado espartano, consideraba el arco como un arma poco honorable, ya que evadía el enfrentamiento cuerpo a cuerpo. Fue entonces cuando pronunció su famosa frase: «Tanto mejor; lucharemos a la sombra».

Se dice que Jerjes, al toparse con los soldados griegos, supuso que éstos se marcharían al ver la magnitud de su ejército. Pasaron cuatro días y Jerjes, impaciente, envió un emisario exigiendo a los griegos que entregasen sus armas inmediatamente para no ser aniquilados. Leónidas respondió: «Ven a buscarlas tú mismo» (Μολων λαβε). Así dio comienzo la batalla.

En un principio el rey lacedemonio no pensaba que pudiera perder la batalla. Lo angosto del desfiladero anulaba la superioridad numérica persa, su mayor protección les permitiría aguantar los envites persas y el mayor tamaño de sus lanzas podría darles suficiente ventaja en una lucha cuerpo a cuerpo; así había sucedido en la pequeña confrontación de la Batalla de Maratón[1].

La batalla

Fila tras fila los persas se estrellaron contra las lanzas y escudos espartanos sin que éstos cedieran un centímetro. De esta forma, a pesar de la grave desventaja numérica, Leónidas y sus hombres se opusieron a las oleadas de soldados enemigos con un número mínimo de bajas, mientras que las pérdidas de Jerjes —aunque minúsculas en proporción a sus fuerzas— supusieron un duro golpe para la moral de sus tropas. Durante las noches, Leónidas solía decirles a sus hombres: «Jerjes tiene muchos hombres, pero ningún soldado». Según expertos como Fernando Quesada Sanz la realidad era otra, pues mientras que los mandos persas eran profesionales, los griegos recurrían a las armas únicamente cuando era necesario, exceptuando a los espartanos[1].

Frustrado e impaciente, Jerjes envió al frente a sus diez mil Inmortales, su fuerza de élite, llamados así porque cada vez que un Inmortal caía, otro corría a reemplazarlo, manteniéndose en la cantidad fija de diez mil hombres. Sin embargo, los resultados fueron los mismos. Los persas morían a cientos, la moral del ejército decaía y los griegos no mostraban signos de cansancio. La batalla continuó de esta forma durante tres días. Fue entonces cuando Jerjes, abatido, recibió la ayuda que necesitaba.

Un griego llamado Efialtes (que significa «pesadilla») ofreció mostrarle a Jerjes un paso alternativo que rodeaba el lugar donde estaba Leónidas para acabar con su resistencia de una vez por todas. Sin dudarlo, Jerjes envió un importante número de sus fuerzas por ese paso. Este paso se encontraba defendido por los focenses, pero al verse sorprendidos durante la noche por los persas, huyeron al primer contacto, sellando de esta manera la suerte de los defensores de las Termópilas. Algunos historiadores apuntan que los griegos tenían la alternativa de retirarse y luchar en otro lugar, pero, quizá por empecinamiento, decidieron sacrificarse[1].

El desfiladero de las Termópilas, pequeño paso que limitaba en un extremo con el Golfo Malíaco y en otro con los montes Oeta y Calídromo. Comunicaba Locria con Tesalia.
El desfiladero de las Termópilas, pequeño paso que limitaba en un extremo con el Golfo Malíaco y en otro con los montes Oeta y Calídromo. Comunicaba Locria con Tesalia.

Cuando Leónidas detectó la maniobra del enemigo y se dio cuenta de que le atacarían por dos frentes, reunió un consejo de guerra, donde ofreció a los griegos dos opciones: podían irse por mar a Atenas o permanecer en las Termópilas hasta el final. Es en este punto donde Heródoto menciona su creencia de que Leónidas permitiera la marcha de los aliados influenciado por «la consulta previa que, a propósito de aquella guerra, realizaron los espartiatas al Oráculo nada más estallar la misma. La respuesta que recibieron de labios de la Pitia fue que Lacedemón sería devastada por los bárbaros o que su rey moriría. Esa respuesta la dictó a los lacedemonios en versos hexámetros y rezaba así»:

Mirad, habitantes de la extensa Esparta,
o bien vuestra poderosa y eximia ciudad es arrasada por los descendientes de Perseo, o no lo es;
pero, en ese caso, la tierra de Lacedemón llorará la muerte de un rey de la estirpe de Heracles.
Pues al invasor no lo detendrá la fuerza de los toros o de los leónes, ya que posee la fuerza de Zeus.
Proclamo, en fin, que no se detendrá hasta haber devorado a una u otro hasta los huesos.

Quedaron él, los lacedemonios y algunos tebanos. Mientras el resto de la fuerza que había decidido irse se retiraba hacia Atenas, los 300 soldados de la guardia de Leónidas y mil griegos leales (los tespieos y los de Tebas) se quedaron a presentar batalla y resistencia hasta el final; la suerte estaba echada. Al despuntar el alba del cuarto día, Leónidas dijo a sus hombres: «Tomad un buen desayuno, puesto que hoy cenaremos en el Hades». Fue tal el ímpetu con el que los espartanos lucharon que Jerjes decidió abatirlos de lejos con sus arqueros para no seguir perdiendo hombres. Leónidas fue alcanzado por una flecha y los últimos espartanos murieron intentando recuperar su cuerpo para que no cayera en manos enemigas.

La batalla duró cinco días y los persas consiguieron derrotar a los temidos espartanos, pero éstos ya habían retrasado notablemente el avance persa, diezmado la moral de su ejército y matado a miles de soldados.

Se cree que ningún griego logró sobrevivir; pero la cultura popular se ha centrado más en el esfuerzo lacedemonio (un 5% de sus fuerzas) que en el de los 700 hoplitas de Tespias, ciudad que perdió en la batalla la casi totalidad de sus hombres y, por tanto, quedó indefensa y fue incendiada por los persas. Al año siguiente las mujeres y niños supervivientes tuvieron que dar la ciudadanía a extranjeros para poder subsistir[1]; además esta ciudad-estado no tenía intrínseca la cultura belicista de los espartanos, por la cual las madres les entregaban el escudo hoplos con la frase «Vuelve con él o sobre él»[3].

Según algunos historiadores solo sobrevivieron dos soldados espartanos de los que habían quedado en Las Termopilas, Alejandro y Antigono de Esparta. Por lo que se sabe estos dos hombres vieron la muerte de su rey y tras la lluvia de flechas se escondieron bajo sus escudos para aparentar que estaban muertos. Alejandro, más tarde, fue uno de los mejores guerreros de Esparta, pero no se le recordó como a otros héroes. Tras las Termópilas combatió en Platea, otra vez contra los Persas. Allí murió, tras recibir 4 flechas en el pecho. Veáse Alejandro de Esparta.

2 comentarios:

Biaksla dijo...

Que entrada más larga. jais...

jax dijo...

pues sí... bastante...
pero la historia da como para ello...

una buena epopeya no se resume en 3 palabras...

muy interesante tu blog...
los versos son tuyos?


:)