Rankings existen y existieron siempre, pero en el mundo de las tipografías aún no habían surgido. Hasta hoy. Por lo menos eso afirman a bombo y platillo los genios de la Web Die 100 Beste Schriften aller Zeiten.
Ahí está la lista vip que posiblemente se convertirá en material de referencia para diseñadores gráficos y de consulta para curiosos. ¿Cómo se ha organizado?
El 'estudio objetivo' se basó en la cantidad de usuarios que se bajaron, en los últimos diez años, las fuentes disponibles de FontShop (que actualmente cuenta con una base de datos de 40 mil tipografías).
Luego vino el 'estudio subjetivo', para el que se dispuso un jurado de expertos internacionales que, teniendo en cuenta la relevancia histórica y la calidad estética de las fuentes, sacaron de la lista aquellas que no les parecían relevantes en esos puntos.
También sumaron otras y hasta tuvieron la posibilidad de vetar aquellas que, aunque comerciales, no eran consideradas dignas de pertenecer a semejante lista.
Y, después de algunas idas y vueltas, los miembros del prestigioso comité (integrado por diseñadores especializados en estrategia editorial, publicistas y tipógrafos de Estados Unidos y Alemania) llegaron al esperado top 100.
Y publicaron un libro con la historia de cada una de las fuentes, el nombre de sus creadores y algunos ejemplos gráficos que saldrá a la venta en marzo. Pero antes compartieron los resultados vía web, a modo de adelanto.
Y la ganadora es... la Helvética. Le siguen las también famosas Garamond (una de las más antiguas; data de 1530), Frutiger, Bodoni y Futura.
Es que los buenos diseñadores saben hacer maravillas aún con las tipografías más clásicas.
Pero no sólo de fuentes tradicionales está compuesta lista: también figuran en ella la Cézanne (inspirada en la letra manuscrita del pintor francés y confeccionada en 1995 para el Philadelphia Museum of Art) y la Zapfino (de las más nuevas, creada en 1998 por Hermann Zapf para el libro " Secrets of Successful Web Sites" de David Siegel).
La más rara de esta lista es la Kosmik (ver foto), que surgió en 1993. La idea fue crear una fuente basada en los signos más usados del teclado que no se pareciera en nada a las letras que se usan frecuentemente en el mundo digital.
Así, letras, números, signos y arrobas conviven en un registro por lo menos original.
Pero, ¿era necesario armar un ranking de tipografías? Los organizadores de este emprendimiento defienden a rajatabla su idea:
"La oferta de fuentes crece. De hecho, FontShop ya ha llegado a 40.000. Así, se vuelve cada vez más difícil tener en cuenta cuáles son las herramientas de calidad con las que un diseñador cuenta a la hora de crear. En la industria editorial y mediática –cada vez más vertiginosa- se vuelve cada vez más necesario ahorrar tiempo de trabajo. Que también es tiempo de vida".
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