hace unos posts comente que once upon a time tenía pensado hacer un breve un breve resumen de mis andadas con croft y monxi en el metro rock el último finde... para bien o para mal la buena de croft se me ha adelantado y me ha gustado tanto lo que he leído que creo que me quedo con sus letras que como siempre me ha hecho reir un rato... si el canijo tiene a sus trabubus, laurix tiene a sus pocholos... cada uno con sus cuentos...
lo dicho, recien llegado de p8ladas tenemos al canijo y las historias de crof, monxi y jax en el metro rock...
lo dicho, recien llegado de p8ladas tenemos al canijo y las historias de crof, monxi y jax en el metro rock...
Un verdadero festival
Metrorock. Allí nos plantamos hacia las siete de la tarde incansable Jax, Mr. correcto y yo, cada uno con su estilo, pero los tres con unas ganas de marcha increíbles. Todavía era de día, aunque el sol iba bajando poco a poco y las nubes grises del cielo hacían formas extrañas allí arriba.
Empezamos fuerte, katxis de cerveza por doquier, nada de minis, eso en mi tierra es un vaso pequeño, y fuimos a la carpa de electrónica. The Whips tocaban "I wanna be trash" y todo el mundo bailando y saltando como locos, y sin saber que estaban cantando que querían ser basura, bueno, a saber qué es lo que cantarían "ai guana bi detrás...", supongo. Después de unos cuantos bailoteos decidimos tener un poco de tranquilidad y disfrutar del ambiente de concierto. Curiosas las conversaciones que surgen alrededor de unos vasos de alcohol, que si estereotipos, que si no contrataría a un tío con tatuajes, que si hace buen tiempo, que si las pintas, que si oye tú a qué te dedicas... conclusión: el alcohol une.
Despúes de unas cuantas cervezas había que evacuar, horror. El caso es que para una mujer, hacer pis al aire no es tarea fácil y menos con dos maromos haciendo de muro de contención y guardaespaldas de mi trasero. He de reconocer que gracias a las cervezas creo/pensé que no me vio nadie, y prefiero seguir pensando que para alguno no fue el mejor recuerdo que se llevó del Metrorock. Es curioso esto de hacer pis al aire libre, para los tíos lo gracioso viene cuando una señora va con su perro y le pilla meando al lado de su casa, que mientras le esta gruñendo (la señora) piensas que al menos él se corta y no caga en la calle como su chucho. Pero a lo que vamos, la cola para entrar a las cabinas mingitorias era kilométrica, como siempre la de las chicas con tendencia al infinito y en la de los tíos diez maromos contados. Si da la casualidad y por una alineación astral consigues entrar a una de ellas desearás haberte hecho pis encima antes de haber cruzado el umbral. Por no hablar de que son una fuente de cultura inagotable con mensajes religiosos "Jesús me ama", de amor "el portero está bueno" "Paqui te quiero", de cotilleo " Kiko se tira a Ana"...
En fin, escatologías a parte y mientras sonaba Dorian hicimos tiempo para los Delincuentes, sin duda lo mejor del festival. Animaron hasta a los que habían perdido ya el norte entre la barra de las cervezas y los baños públicos. Yo me quedé con una estrofa "... Yo quiero vivir con amor, con mi gente abajito del sol, con las olas y el amanecer, como un niño jugando otra vez, sin parar de correr.../ y comer jamón, olvidar para siempre el reloj, caminando hacia el atardecer, como un niño jugando otra vez...".
Pues eso, que el concierto fue como para mear y no echar gota.
Empezamos fuerte, katxis de cerveza por doquier, nada de minis, eso en mi tierra es un vaso pequeño, y fuimos a la carpa de electrónica. The Whips tocaban "I wanna be trash" y todo el mundo bailando y saltando como locos, y sin saber que estaban cantando que querían ser basura, bueno, a saber qué es lo que cantarían "ai guana bi detrás...", supongo. Después de unos cuantos bailoteos decidimos tener un poco de tranquilidad y disfrutar del ambiente de concierto. Curiosas las conversaciones que surgen alrededor de unos vasos de alcohol, que si estereotipos, que si no contrataría a un tío con tatuajes, que si hace buen tiempo, que si las pintas, que si oye tú a qué te dedicas... conclusión: el alcohol une.
Despúes de unas cuantas cervezas había que evacuar, horror. El caso es que para una mujer, hacer pis al aire no es tarea fácil y menos con dos maromos haciendo de muro de contención y guardaespaldas de mi trasero. He de reconocer que gracias a las cervezas creo/pensé que no me vio nadie, y prefiero seguir pensando que para alguno no fue el mejor recuerdo que se llevó del Metrorock. Es curioso esto de hacer pis al aire libre, para los tíos lo gracioso viene cuando una señora va con su perro y le pilla meando al lado de su casa, que mientras le esta gruñendo (la señora) piensas que al menos él se corta y no caga en la calle como su chucho. Pero a lo que vamos, la cola para entrar a las cabinas mingitorias era kilométrica, como siempre la de las chicas con tendencia al infinito y en la de los tíos diez maromos contados. Si da la casualidad y por una alineación astral consigues entrar a una de ellas desearás haberte hecho pis encima antes de haber cruzado el umbral. Por no hablar de que son una fuente de cultura inagotable con mensajes religiosos "Jesús me ama", de amor "el portero está bueno" "Paqui te quiero", de cotilleo " Kiko se tira a Ana"...
En fin, escatologías a parte y mientras sonaba Dorian hicimos tiempo para los Delincuentes, sin duda lo mejor del festival. Animaron hasta a los que habían perdido ya el norte entre la barra de las cervezas y los baños públicos. Yo me quedé con una estrofa "... Yo quiero vivir con amor, con mi gente abajito del sol, con las olas y el amanecer, como un niño jugando otra vez, sin parar de correr.../ y comer jamón, olvidar para siempre el reloj, caminando hacia el atardecer, como un niño jugando otra vez...".
Pues eso, que el concierto fue como para mear y no echar gota.
1 comentario:
Si es que esta tía es la ostia... me tiene frita!! Pero qué buena es la jodía!! Qué bien me lo voy a pasar con ella en madrid.. tralaralara... q tiemble madrid porque entre un catalán, una valenciana (o media) y una pamplonica...
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