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La investigadora Meredith Chivers, del Centro de Adicciones y Salud Mental de la Universidad de Toronto (Canada), ha presentado este mes un documental acerca de la bisexualidad titulado Bi the way. En el documental afirma: “Para las mujeres heterosexuales ver a hombres desnudos caminando por la playa es prácticamente tan excitante como ver paisajes”.
Esta investigadora ha estado estudiando la respuesta sexual humana durante varios años. Recientemente, llevo a cabo un estudio en el cual midió la excitación genital de una serie de observadores mientras se les mostraban vídeos de hombres y mujeres desnudos en diversas situaciones, tanto sexuales como no sexuales. Las mujeres heterosexuales no se sintieron más excitadas tras ver desnudos hombres atléticos practicando yoga o lanzando piedras al océano, de lo que se sintieron contemplando largas tomas de las montañas del Himalaya cubiertas de nieve. Pero el flujo sanguíneo de estas mujeres aumentó considerablemente cuando vieron la filmación de una mujer desnuda practicando calistenia (ejercicio físico en el cual el interés reside en los movimientos de grupos musculares).
Las mujeres se sintieron más excitadas con los vídeos de masturbación que con los de personas ejercitándose desnudas, y más excitadas aún con las tomas explícitas de parejas haciendo el amor: mujeres con mujeres, hombres con hombres, hombres con mujeres… al parecer, el sexo de los actores no tenía mucha importancia para ellas. Según Chivers, lo que realmente tiene importancia para las féminas es el grado de sensualidad y erotismo de las imágenes.
Todo parece indicar que las mujeres no diferencian entre los sexos en sus respuestas sexuales, al menos no las mujeres heterosexuales. Para estas mujeres heterosexuales, no hubo diferencia entre los sexos femenino y masculino. Ellas respondieron al nivel de actividad sexual.
Ademas, cuando Chivers pidió a los sujetos que calificaran su propia excitación ante los vídeos que habían visto, tanto las mujeres lesbianas como las heterosexuales tendieron a dar mayores puntuaciones a los filmes que mostraban a otras mujeres. Por su parte, los varones heterosexuales y los homosexuales se sintieron más excitados ante las imágenes de su sexo preferido (femenino para los primeros, masculino para los segundos).
En otro experimento llevado a cabo en el 2004, Chivers y sus colegas descubrieron que las féminas sentían una ligera excitación al ver imágenes de bonobos apareándose (el bonobo es un simio del género de los chimpancés). Los hombres no mostraron esta reacción en lo más mínimo.
Josephine Decker, una de las directoras del documental, dijo al respecto: “Ella [Meredith Chivers] está poniendo de relieve algo más o menos evidente aunque aún inexplorado: que las mujeres son sumamente fluidas en su sexualidad”.
La investigadora Meredith Chivers, del Centro de Adicciones y Salud Mental de la Universidad de Toronto (Canada), ha presentado este mes un documental acerca de la bisexualidad titulado Bi the way. En el documental afirma: “Para las mujeres heterosexuales ver a hombres desnudos caminando por la playa es prácticamente tan excitante como ver paisajes”.
Esta investigadora ha estado estudiando la respuesta sexual humana durante varios años. Recientemente, llevo a cabo un estudio en el cual midió la excitación genital de una serie de observadores mientras se les mostraban vídeos de hombres y mujeres desnudos en diversas situaciones, tanto sexuales como no sexuales. Las mujeres heterosexuales no se sintieron más excitadas tras ver desnudos hombres atléticos practicando yoga o lanzando piedras al océano, de lo que se sintieron contemplando largas tomas de las montañas del Himalaya cubiertas de nieve. Pero el flujo sanguíneo de estas mujeres aumentó considerablemente cuando vieron la filmación de una mujer desnuda practicando calistenia (ejercicio físico en el cual el interés reside en los movimientos de grupos musculares).
Las mujeres se sintieron más excitadas con los vídeos de masturbación que con los de personas ejercitándose desnudas, y más excitadas aún con las tomas explícitas de parejas haciendo el amor: mujeres con mujeres, hombres con hombres, hombres con mujeres… al parecer, el sexo de los actores no tenía mucha importancia para ellas. Según Chivers, lo que realmente tiene importancia para las féminas es el grado de sensualidad y erotismo de las imágenes.
Todo parece indicar que las mujeres no diferencian entre los sexos en sus respuestas sexuales, al menos no las mujeres heterosexuales. Para estas mujeres heterosexuales, no hubo diferencia entre los sexos femenino y masculino. Ellas respondieron al nivel de actividad sexual.
Ademas, cuando Chivers pidió a los sujetos que calificaran su propia excitación ante los vídeos que habían visto, tanto las mujeres lesbianas como las heterosexuales tendieron a dar mayores puntuaciones a los filmes que mostraban a otras mujeres. Por su parte, los varones heterosexuales y los homosexuales se sintieron más excitados ante las imágenes de su sexo preferido (femenino para los primeros, masculino para los segundos).
En otro experimento llevado a cabo en el 2004, Chivers y sus colegas descubrieron que las féminas sentían una ligera excitación al ver imágenes de bonobos apareándose (el bonobo es un simio del género de los chimpancés). Los hombres no mostraron esta reacción en lo más mínimo.
Josephine Decker, una de las directoras del documental, dijo al respecto: “Ella [Meredith Chivers] está poniendo de relieve algo más o menos evidente aunque aún inexplorado: que las mujeres son sumamente fluidas en su sexualidad”.
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